Un volcán podría nacer en el corazón de la zona Aguacatera de Michoacán
Especial MoreliActiva
Vulcanólogos y especialistas en sismología, han advertido sobre de eventos sísmicos de poca profundidad cerca de la comunidad de Peribán de Ramos al noroeste de la Ciudad de Uruapan, los cuales apuntan a la erupción de un volcán, justo en el corazón de la zona aguacatera de Michoacán, en los territorios que comprenden los municipios de Uruapan, Tancítaro, Los Reyes y Peribán. Hasta el momento, ni el Gobierno del Estado ni la Federación han instalado una estación de monitoreo en la zona, a pesar de que los movimientos telúricos se han incrementado en los tres últimos años.
En los últimos días, el Sistema Sismológico Nacional, operado por la UNAM, ha advertido de la presencia de un tercer episodio de enjambre sísmico, que se suma a los anteriores fenómenos sísmicos en los dos últimos dos años esta zona de Michoacán, cuya característica es que los temblores registrados son de poca profundidad, relacionados al ascenso de material magmático, y no al choque de placas tectónicas, lo cual –advierte el SSN- indica que u volcán está por nacer en esa zona.
El fenómeno telúrico se está registrando en el corazón de la franja aguacatera del estado, que comprende más de 95 mil hectáreas desde la frontera de Jalisco hasta alcanzar la región oriente del estado. Justamente los municipios de Uruapan, Los Reyes, Peribán y Tancítaro, producen más del 50% del cultivo de aguacate, un negocio con un valor de producción de 39 mil 623 millones de pesos (unos 1,953 millones de dólares).
Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica (IGf ) y actual director de la Sede UNAM-Costa Rica (Centro de Estudios Mexicanos), destacó que en Michoacán está ocurriendo un enjambre sísmico, conjunto de muchos temblores pequeños, algunos imperceptibles para el ser humano y otros que se sienten localmente. Sólo entre el 1 de mayo y el 8 de junio del 2021 se registraron 242 microsismos en esa región, y seis de ellos han tenido magnitudes mayores a cuatro grados.
El investigador de la UNAM consideró esencial vigilar y monitorear dichos enjambres, pues son uno de los precursores del nacimiento de un volcán y pueden representar riesgos para la población local si ocurren acompañados de otros factores. Sin embargo, hasta el momento ni el Gobierno estatal de Alfredo Ramírez Bedolla ni la Federación, han emprendido acciones de monitoreo o vigilancia en la región.
Valdés González – una entrevista a la Gaceta de la UNAM- destacó que “la principal pregunta que nos surge tiene que ver con que México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato”, señaló el experto y recordó que en esa zona surgió en 1943 el Paricutín, al cual antecedieron una serie de sismos.
Informó que del 1 de mayo al 8 de junio del 2021 se han registrado 242 microsismos en Michoacán, mientras que de enero a junio suman 305, además de que en enero de 2020 también hubo enjambres, sumando de entonces a la fecha cuatro mil 102 movimientos telúricos.
Denis Xavier Francois Legrand, también investigador del IGf, precisó que aunque la ocurrencia de este evento es una condición significativa, no es la única para el surgimiento de un nuevo coloso; por ello es clave la vigilancia científica constante, pues no se sabe cuánto tiempo puede durar.
“Estos enjambres suponemos que están asociados al movimiento de magma, pero no siempre éste llega a la superficie. Aparecieron en 1997, 1999 y 2006, y no subió el magma. Tal vez pasa lo mismo ahora, por lo que es muy importante seguir vigilándolos.”
De acuerdo a los reportes del SSN, todo apunta que en estos momentos se está emplazando una estructura de magma tanto vertical como horizontalmente, la cual está rompiendo las rocas prexistentes. Unos de los escenarios posibles es que los siguientes días el dique se detenga y el magma no llegue a la superficie. Cabe señalar que tanto los enjambres de enero-febrero 2020, mayo-julio 2021 y septiembre-2022 se están comportando espacialmente diferentes.
La zona donde están ocurriendo los enjambres se conoce como el «Campo volcánico «Michoacán – Guanajuato» y es una zona geológicamente compleja donde convergen varias fallas e históricamente se tiene registros de erupciones recurrentes de volcanes monogenéticos y complejos. El primer registro de una erupción ocurrió en 1759 con el Jorullo y 1943 con el Paricutín.
Este tipo de volcanes se conocen como monogenéticos y se caracterizan por tener un único periodo eruptivo. Se estima que en esta zona del país hay más de 2000 de estos volcanes.