Operación: «torta de tostada»; una gira con Alfonso Martínez
Crónica | Omar Rodríguez / MoreliActiva
El domingo por la tarde – noche, recibí una llamada por parte del coordinador de comunicación social del Ayuntamiento de Morelia, se me invitaba a una gira con el presidente municipal Alfonso Martínez, el destino: Ario de Rosales, donde se celebraría el 207 Aniversario del Primer Supremo Tribunal de Justicia de la Nación.
El alcalde llegó con puntualidad mexicana, a las 8:05 a.m; nos vimos en el «Starbucks» de La Huerta, descendió de su vehículo, me saludó, me preguntó por su coordinador de prensa, Enrique Alcázar, y por mi compañero, el periodista y director de Sala de Prensa, Leo González. Al ver que no llegaban, «no vamos a alcanzar a almorzar, ya mejor compramos algo aquí» dijo, y procedimos a comprar el lunch para el viaje.
Cuatro cafés y cuatro sándwiches fue el menú, Enrique llegó enseguida echando cotorreo (desmadre), y si el presidente no hubiera estado atendiendo llamadas de varios medios de comunicación, Leo hubiera sido abandonado en Morelia.
Al principio debo de reconocer que sentí un poco de tensión, ya había convivido con «Poncho», pero no tan de cerca. Se me explica que ese tipo de viajes serán parte de diversos ejercicios que se realizarán por parte del presidente con varios periodistas, «no es entrevista, es para que nos conozcamos mejor», dijo «Quique» en la llamada que me hizo un día antes.
En el camino, rompemos el hielo con Alfonso, Leo lanza algunas preguntas, yo cuestiono también, y el semblante del presidente es positivo, «le va a ir a toda madre a Morelia, vamos a hacer más obras en este 2022, que la que hizo la pasada administración en 3 años».
Pensé que sería una ruta sin contratiempos, a unos cuantos kilómetros de Morelia, nos llama la atención la camioneta del fiscal Adrián López, se le ponchó la llanta e inmediatamente Alfonso pide detener la camioneta, le marca con su celular por si ocupa un «raí», el fiscal le agradece gesto y le indica que ya casi acaban con la reparación, seguimos nuestro camino.
Llegamos al municipio de Ario, Leo y yo nos separamos de Poncho, es un hombre que mide un metro con ochenta y nueve centímetros, llama la atención, y domina el momento, es un municipio gobernado por el PAN y de inmediato los albiazules lo apapachan. Saludamos a los amigos y ellos hacen lo propio, relaciones públicas, con todos.
El acto siguió su curso, le mandé un mensaje a Octavio, reportero de MoreliActiva, para decirle que esté atento a lo que diga el doctor Jorge Álvarez Balderas, quien tiene una «bronca» contra la UMSNH, pensamos que su discurso sería duro, pero en realidad fue muy light, se rumora que posiblemente llegó a un acuerdo antes de que se la entregara la presea, el diputado Juan Carlos Barragán abandona el recinto y tacha al galardonado de delincuente.
Concluye el primer evento y Alfonso me dice que solo estaremos los dos primeros eventos, y apoyo su moción (el tercer evento es un desfile que dura de 2 a 3 horas). Al finalizar el segundo evento todos los políticos de todos los colores se saludan, rojos con guindas, azules con rojos, amarillos con guindas etcétera; entre esos saludos estaban juntos: Daniela de los Santos, Juan Carlos Barragán y Alfonso Martínez.
Barragán les dice: «en esta foto estamos los que vamos a competir por Morelia en el 2024»; casi al mismo tiempo Daniela y Poncho le responden: «sí, pero en esa vamos a ir juntos», el del partido guinda se va pensativo y hasta preocupado.
De regreso, hicimos la parada obligada una torta de tostada en Santa Clara del Cobre, Poncho me sorprende, lo consideraba un poco fresa, pero sabía perfectamente la ubicación del puesto con las mejores tortas, y eso solo un garnachero de calle lo sabe. Ya en camino a Morelia, veo al edil más alivianado, hasta nos lanzamos albures, le digo: «cuando dejes el gallito me lo pasas» (refiriéndome a la camioneta), y me responde «falta de confianza», todos nos reímos, nos contamos parte de nuestros temas personales, y más adelante le digo que si va por la «grande», se ríe, piensa que es venganza; le tuve que agregar: «es sin albur» y de nuevo soltamos la carcajada, rato después, se durmió en un tramo (sin albur), del camino.
Llegamos a Morelia, Alfonso se fue con su familia y nosotros a un restaurante – bar para analizar, con algunas bebidas espirituales, la operación «torta de tostada».