Libre Expresión: Confirmó que sigue como empleada y tapadera

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. Joan Baez (1941 – ¿?) Cantante estadounidense.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo despejó dudas el pasado domingo. En su discurso en el zócalo de la Ciudad de México con motivo de la celebración por un año de su gobierno, dejó claro que sigue siendo la empleada de Andrés Manuel López Obrador y que se mantendrá como su tapadera.
Pese a la presión que evidentemente está ejerciendo el gobierno de Donald Trump y que tiene a la científica contra las cuerdas, ha optado por insistir en la defensa del expresidente más corrupto en la historia de México.
Es comprensible que lo haga, la científica es parte del círculo más cercano de López Obrador, por más que hoy existan diferencias entre algunos de ellos. Además, es la más beneficiada como lo acusaron las entonces corcholatas Adán Augusto López y Marcelo Ebrard,
Las evidencias de corrupción en el “huachicol fiscal” que acumula más de 500 mil millones de pesos, los 15 mil millones de pesos defraudados en SEGALMEX bajo la tutela de Ignacio OvalleFernández, otro amigo del tabasqueño, y las investigaciones periodísticas en torno al presunto enriquecimiento ilícito y manejo de influencias para favorecer a los amigos de los hermanos López Beltrán en diversos negocios a costillas del erario, por citar 3 de los ejemplos más grotescos, no provocaron una mínima crítica de la doctora, ni siquiera los mencionó.
Conste, todas las sospechas de la corrupción apuntan a Andrés Manuel López Obrador, quien enquistado en el poder señaló que “el presidente de México se entera de todo y no hay un negocio jugoso que se haga sin el visto bueno del presidente, para que quede claro: si hacen una transa grande, grande, grande es porque el presidente lo permitió”.
Para aquellos que les quede duda, también lo dijo de la siguiente manera: “nada de que el presidente no sabía, no se enteraba, lo engañaban, eso es falso, el presidente de México esta informado de todo lo que sucede y de las transas grandes que se llevaban a cabo y que pudiesen realizar, todas esas transas llevan el visto bueno del presidente, aunque no firme”.
Al contrario, enfática defendió a su jefe. Dijo textual: “es también la herencia de un hombre honesto y profundamente comprometido con su pueblo: el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se han empeñado en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación, que nos dividamos. Pero eso no va a ocurrir”.
Fue más allá. Pese a que su jefe instauró los abrazos y no balazos con los criminales, negó la existencia de los laboratorios que producían fentanilo, presumió que acabó con el huachicol y aseguró que se había acabado la corrupción, la científica afirmó que López Obrador nunca se rindió ante los intereses de los poderosos y comprometió que ella “tampoco lo hará”.
Con un zócalo capitalino casi lleno de acarreados, Claudia Sheinbaum se atrevió a asegurar que se acabaron los “presidentes rodeados de lujos, gobiernos alejados de la gente, fortunas construidas al amparo del poder público”.
En medio de las evidencias por presuntos enriquecimientos ilícitos y/o inexplicables, compra de mansiones, viajes en primera clase, cenas de decenas de miles de pesos, vacaciones lujosas tras el “extenuante trabajo” de varios integrantes de su gabinete, su partido y de sus bancadas legislativas, la doctora no tuvo el menor escrúpulo para asegurar que en el “México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. Y quien traicione al pueblo, quien robe al pueblo, enfrenta la justicia.”
No conforme con tratar de ocultar la realidad a base de saliva, Claudia Sheinbaum aseguró también que “se terminó la era en el Poder Judicial del nepotismo, de la corrupción y privilegios, y comienza una nueva era de legalidad y de justicia para todas y para todos”.
Vaya cinismo. La mayoría de los integrantes de ese “nuevo” poder Judicial son fieles subordinados, militantes de su partido,quienes sin el menor escrúpulo asumieron pese a ser electos tras una participación nimia que no llegó al 13 por ciento del padrón electoral y lo peor, con el corrupto uso de acordeones.
La empleada de López Obrador y su feligresía celebraron el contundente avance a una autocracia, han erradicado los contrapesos, tienen todo el poder y para no dejar ninguna oportunidad, mandó la retrógrada Ley de Amparo que quita la posibilidad de defensa del ciudadano ante gobierno.
Lamentablemente no resta más que esperar que los vecinos del norte la sigan apretando para que haya justicia, pero, tras escuchar su mensaje de este domingo, está claro que en actos de corrupción tan graves como el huachicol fiscal, su gobierno intentará meter a la cárcel a algunos de los responsables que quedan vivos, pero serán mandos medios, aunque las sospechas advierten que la corrupción llegó al más alto nivel, pero esos seguirán intocables, la doctora se confirmó como su tapadera.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
Confirmó que sigue como empleada y tapadera
“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. Joan Baez (1941 – ¿?) Cantante estadounidense.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo despejódudas el pasado domingo. En su discurso en el zócalo de la Ciudad de México con motivo de la celebración por un año de su gobierno, dejó claro que sigue siendo la empleada de Andrés Manuel López Obrador y que se mantendrá como su tapadera.
Pese a la presión que evidentemente está ejerciendo el gobierno de Donald Trump y que tiene a la científica contra las cuerdas, ha optado por insistir en la defensa del expresidente más corrupto en la historia de México.
Es comprensible que lo haga, la científica es parte del círculo más cercano de López Obrador, por más que hoy existan diferencias entre algunos de ellos. Además, es la más beneficiada como lo acusaron las entonces corcholatas Adán Augusto López y Marcelo Ebrard,
Las evidencias de corrupción en el “huachicol fiscal” que acumula más de 500 mil millones de pesos, los 15 mil millones de pesos defraudados en SEGALMEX bajo la tutela de Ignacio OvalleFernández, otro amigo del tabasqueño, y las investigaciones periodísticas en torno al presunto enriquecimiento ilícito y manejo de influencias para favorecer a los amigos de los hermanos López Beltrán en diversos negocios a costillas del erario, por citar 3 de los ejemplos más grotescos, no provocaron una mínima crítica de la doctora, ni siquiera los mencionó.
Conste, todas las sospechas de la corrupción apuntan a Andrés Manuel López Obrador, quien enquistado en el poder señaló que “el presidente de México se entera de todo y no hay un negocio jugoso que se haga sin el visto bueno del presidente, para que quede claro: si hacen una transa grande, grande, grande es porque el presidente lo permitió”.
Para aquellos que les quede duda, también lo dijo de la siguiente manera: “nada de que el presidente no sabía, no se enteraba, lo engañaban, eso es falso, el presidente de México esta informado de todo lo que sucede y de las transas grandes que se llevaban a cabo y que pudiesen realizar, todas esas transas llevan el visto bueno del presidente, aunque no firme”.
Al contrario, enfática defendió a su jefe. Dijo textual: “es también la herencia de un hombre honesto y profundamente comprometido con su pueblo: el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se han empeñado en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación, que nos dividamos. Pero eso no va a ocurrir”.
Fue más allá. Pese a que su jefe instauró los abrazos y no balazos con los criminales, negó la existencia de los laboratorios que producían fentanilo, presumió que acabó con el huachicol y aseguró que se había acabado la corrupción, la científica afirmó que López Obrador nunca se rindió ante los intereses de los poderosos y comprometió que ella “tampoco lo hará”.
Con un zócalo capitalino casi lleno de acarreados, Claudia Sheinbaum se atrevió a asegurar que se acabaron los “presidentes rodeados de lujos, gobiernos alejados de la gente, fortunas construidas al amparo del poder público”.
En medio de las evidencias por presuntos enriquecimientos ilícitos y/o inexplicables, compra de mansiones, viajes en primera clase, cenas de decenas de miles de pesos, vacaciones lujosas tras el “extenuante trabajo” de varios integrantes de su gabinete, su partido y de sus bancadas legislativas, la doctora no tuvo el menor escrúpulo para asegurar que en el “México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. Y quien traicione al pueblo, quien robe al pueblo, enfrenta la justicia.”
No conforme con tratar de ocultar la realidad a base de saliva, Claudia Sheinbaum aseguró también que “se terminó la era en el Poder Judicial del nepotismo, de la corrupción y privilegios, y comienza una nueva era de legalidad y de justicia para todas y para todos”.
Vaya cinismo. La mayoría de los integrantes de ese “nuevo” poder Judicial son fieles subordinados, militantes de su partido,quienes sin el menor escrúpulo asumieron pese a ser electos tras una participación nimia que no llegó al 13 por ciento del padrón electoral y lo peor, con el corrupto uso de acordeones.
La empleada de López Obrador y su feligresía celebraron el contundente avance a una autocracia, han erradicado los contrapesos, tienen todo el poder y para no dejar ninguna oportunidad, mandó la retrógrada Ley de Amparo que quita la posibilidad de defensa del ciudadano ante gobierno.
Lamentablemente no resta más que esperar que los vecinos del norte la sigan apretando para que haya justicia, pero, tras escuchar su mensaje de este domingo, está claro que en actos de corrupción tan graves como el huachicol fiscal, su gobierno intentará meter a la cárcel a algunos de los responsables que quedan vivos, pero serán mandos medios, aunque las sospechas advierten que la corrupción llegó al más alto nivel, pero esos seguirán intocables, la doctora se confirmó como su tapadera.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.