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RED 113 MICHOACÁN/Redacción. Apatzingán, Mich.- Miércoles 26 de febrero de 2025.- La madrugada aún envolvía el poblado de Cenobio Moreno en el municipio calentano de Buenavista cuando el estruendo de helicópteros y el avance sigiloso de convoyes militares rompieron la quietud. En cuestión de minutos, la operación estaba en marcha. Los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en coordinación con la Guardia Nacional, la Coordinación Nacional Antisecuestro (CONASE), la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) Michoacán y la Secretaría de Seguridad Pública, desplegaron un cerco impenetrable alrededor de un área donde, según trabajos de inteligencia, se escondían dos importantes objetivos criminales.
No hubo tiempo para escapar. Gerardo Valencia Barajas, alias «La Silla», señalado como el jefe del brazo armado del cártel «Los Blancos de Troya», y Joana Lizbeth Sepúlveda Valencia, hija del temido líder del grupo, César Alejandro Sepúlveda Arellano, «El Botox», no intentaron resistirse ante la superioridad táctica de las fuerzas de seguridad federales y estatales que los redujo en segundos.
El operativo, derivado de una investigación de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), representó un golpe certero a la estructura criminal que ha sembrado violencia en la región de Apatzingán, considerada de las principales responsables de extorsiones al sector limonero del Valle, a decir de las pesquisas.
La detención de Joana Lizbeth, más que simbólica, es estratégica: su linaje la ubicaba en el corazón de las operaciones del cártel, lo que la convertía en una pieza clave en la organización criminal.
Cuando los agentes la esposaron, su rostro reflejaba más desconcierto que rabia. Sabía lo que significaba su captura. A su lado, «La Silla», con la mirada fija en el suelo, parecía calcular las consecuencias de este golpe para el cártel.
El traslado de los detenidos se realizó bajo un fuerte dispositivo de seguridad. En el aire, los helicópteros de la SEDENA sobrevolaban la zona, mientras en tierra, los vehículos militares avanzaban con dirección a un destino que podría marcar el principio del fin para una de las organizaciones más violentas de Michoacán. Todo puede suceder.