Futuro rector de la UMSNH, entre el dedazo gubernamental y la polarización de la comunidad universitaria
Especial MoreliActiva
La designación en curso del futuro rector de la UMSNH, para el periodo 2023-2027, se anticipa como una de las más controversiales en los últimos años, toda vez que como no se había visto en varias décadas, existe una evidente y muy anticipada intervención del poder Ejecutivo, en el proceso interno para elegir al futuro rector nicolaita, y el jaloneo político, que suele ser de baja intensidad, ha ido creciendo paulatinamente en los pasillos universitarios.
Como no se veía desde los tiempos del PRI, es muy evidente que el Gobernador en turno, en este caso emergido de las filas de Morena, tuviera un candidato, en este caso candidata, que se destapara con tanto tiempo de anticipación, y además, de que los trabajos de la comisión de rectoría, que suelen ser discretas y subrepticias, como nunca, están a la vista de la comunidad nicolaita.
Asimismo, algunos de los aspirantes más fuertes, hacen una intensa campaña en redes sociales, pero sin dar el paso a la promoción más pública a través de los medios de comunicación, toda vez que hasta el momento no se han realizado entrevistas a los aspirantes.
Los padrinos
De la larga lista de pretendientes al solio de la Casa de Hidalgo, que hasta el momento se conocen las aspiraciones de más de 26 profesores y académicos nicolaitas, la lista real, es decir los finalistas, pueden ser identificados un total de 8, a saber: Ireri Suazo Ortuño, Yarabía Ávila González, Tania Haideé Torres Chávez, Héctor Pérez Pintor, Salvador García Espinosa, Rodrigo Gómez Monje, Alejandra Ochoa Zarzona y Pedro Mata Vázquez. Estos aspirantes son los que más posibilidades tienen, ya que cuentan con un padrino en las filas de los integrantes de la Comisión de Rectoría.
Pero para entender mejor como se teje la unanimidad o la mayoría entorno a un proyecto, es necesario conocer el origen de las postulaciones:
De Yarabí Ávila González, su aspiración no sólo es la más publicitada en las últimas semanas, sino que ya no se puede ocultar el evidente deseo de Casa de Gobierno para que la ex secretaria de Educación asuma la rectoría nicolaita, y el respaldo gubernamental del gobierno de la autodenominada 4T, resulta chocante y sórdido, ya que la ex diputada del PRI cuenta con una promoción que sobre a los demás aspirantes, no obstante, que su perfil no cumple con algunos de los requisitos que de manera tradicional ha fijado la Comisión de Rectoría para elegir a un rector: no ha fungido como directora de alguna facultad o instituto de la UMSNH.
Asimismo, la aspiración de Yarabí Ávila es la que más claroscuros presenta: su militancia priísta, su cercanía al ex gobernador y ex rector Salvador Jara, sus posturas políticas que pueden ser identificadas en el bando de la derecha ideológica, pero sobre todo, su aspiración puede truncarse por un hecho que ha sido documentado: no se opuso y no trató de evitar el recorte que sufrió el presupuesto de la UMSNH en el proyecto de presupuesto 2019, cuando fungía como diputada e integrante de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.
De acuerdo al diario de debates (se adjunta documento), en el acta de la sesión del día 30 de diciembre del 2018, la última de ese año en la cual se aprobó el presupuesto 2019, Yarabí Ávila decidió no asistir. Está registrada en dicha acta de sesión de las comisiones unidas de programación y de Hacienda, en donde los diputados aprobaron el presupuesto que implicó un recorte cercano a los 400 millones a las arcas de la UMSNH, Yarabí Ávila no asistió y por ende no firmó el acta, por lo que, siendo parte de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública, la entonces diputada del PRI no hizo lo necesario para que se evitara el recorte a la UMSNH, su compromiso fue nulo entonces.
Lo más sórdido del caso, es que el actual gobernador de Michoacán y entonces diputado de Morena, Alfredo Ramírez Bedolla, emitió un comunicado (se adjunta comunicado) condenando el revés de los diputados a la Casa de Hidalgo. De acuerdo al comunicado de prensa número 660 y fechado en diciembre del 2018, Bedolla subrayó: “a pesar de que sólo bastaba con aumentar 300 millones de pesos a la UMSNH, para que el Gobierno Federal aportara otros 700 millones de pesos, el bloque de los diputados del PRD, PAN, PRI, PVEM y MC, se opusieron a elevar el presupuesto que ejercerá la UMSNH el próximo año (2019)”.
En ese bloque se encontraba la que postre fue su secretaria de Educación y ahora es su candidata a ocupar la rectoría de la Casa de Hidalgo: Yarabí Ávila.
Asimismo, la ex funcionaria estatal cuenta en su hoja de servicio su paso por el gabinete nicolaita de Salvador Jara, y su posterior incorporación al Congresos del Estado.
Otro aspirante con evidentes vínculos políticos es Salvador Garcia Espinosa, que es yerno del exrector Marco Antonio Aguilar Cortés, y también cercano a los círculos del priismo universitario. Por su parte, Ireri Suazo, se le vincula al ex rector Jaime Hernández Díaz y de forma indirecta al ex gobernador Lázaro Cárdenas Batel.
De Héctor Pérez Pintor, su vínculo con el actual rector Raúl Cárdenas y también al ex rector Medardo Serna.
De Alejandra Ochoa, actual directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del estado, se habla su amistad y cercanía a la esposa del Gobernador Bedolla, la señora Grisel Tello. De los demás aspirantes, sus padrinazgos están más disminuidos.
No obstante, la Comisión de Rectoría, emitió el pasado 21 de noviembre la convocatoria a los 114 integrantes del H. Consejo Universitario para que, con ese carácter emitirán una opinión individual y por escrito sobre la persona que a su juicio pueda ocupar el cargo de rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Entre los requisitos que la Ley Orgánica de la Universidad establece para los aspirantes a la rectoría y que se deben cumplir son los siguientes:
Artículo 21. Para ser Rector se requiere:
I. Ser mexicano por nacimiento;
II. Tener más de treinta años de edad;
III. Poseer título o grado académico equivalente o superior al de licenciatura; y
IV. Haber desempeñado actividades docentes o de investigación en la Universidad, por lo menos durante cinco años, y estar en ejercicio en el momento de su designación.
En una investigación efectuada por el historiador Gerardo Sánchez Díaz, del Instituto de Investigaciones Históricas
De los 46 rectores que han dirigido la Universidad a lo largo de un siglo, por su formación profesional 17 han sido médicos; 12 licenciados en derecho; 6 ingenieros; 4 historiadores; 2 físico matemáticos; 2 profesores y sólo un literato, médico veterinario zootecnista y filósofo. Por su nivel de estudios y el grado académico que ostentaban en el momento de su designación como rectores, 36 contaban con la licenciatura; 3 con maestría y 7 con doctorado.
Del total, 38 cursaron sus estudios de licenciatura en la Universidad Michoacana; 3 en la Universidad Autónoma de México; uno, Jesús Romero Flores, en la Escuela Normal; uno, en la Universidad Autónoma de Chapingo; uno, en la Academia de San Carlos y en el caso de José Rubén Romero, su formación fue autodidacta ya que únicamente había acreditado la instrucción primaria. Del conjunto de rectores, 4 fueron interinos; 3 provisionales, Ing. Agustín Aragón, Dr. Alberto Oviedo Mota y Dr. Luis Mora Serrato, y los 38 restantes tuvieron un nombramiento definitivo, aunque no todos cumplieron el periodo para el cual fueron nombrados. El único que ocupó la rectoría en dos ocasiones, fue el doctor José Gallegos del Río, quien cumplió un primer periodo entre 1937-1939 y posteriormente de 1945-1946. Por el origen de su nombramiento, uno, José Rubén Romero, fue designado por el presidente de la República Manuel Ávila Camacho; José Jara Peregrina fue nominado por el Congreso de Michoacán y 23 fueron nombrados por los gobernadores en turno, en su mayoría a partir de ternas enviadas por el Consejo Universitario; 10 desempeñaron el cargo facultados por la Junta de Gobierno y los últimos 11 fueron designados por la Comisión de Rectoría, a partir de consultas a los miembros del Consejo Universitario.
Sobre su origen, 17 nacieron en Morelia, 3 en la Ciudad de México, 3 en Cuitzeo, 2 en Tuxpan y en Ario de Rosales, y uno en cada una de las poblaciones siguientes: Jonacotepec, Morelos; Tecamachalco, Puebla; Salvatierra y Moroleón, Guanajuato; Parral, Chihuahua; Peribán, Coalcomán, San Juan Parangaricutiro, La Piedad, Tlazazalca, Cotija, Tacámbaro, Jiquilpan, Ixtlán, Coatepec, Uruapan, Zirándaro y El Zapote de Fernández, Michoacán.