El surrealista decálogo de Morena
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LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
“En el siglo 21 no se necesita ideología, todo es por dinero”. Película Last Run.
Parece chiste, pero es anécdota. A propósito de la afiliación y reafiliación con la que Morena pretende alcanzar 10 millones de registros antes de proceso electoral del 2027, recobró notoriedad el “decálogo” de compromisos que deben firmar los interesados.
Se trata de un listado surrealista ante la abrumadora realidad que ha evidenciado la corrupción, nepotismo, influyentismo y gusto dictatorial impulsado por el partido guinda y su dueño, Andrés Manuel López Obrador.
Pese a que fue dado a conocer en octubre del año pasado, el decálogo retomó fuerza por los personajes que Morena ha hechos suyos y que en el pasado reciente los señaló de corruptos, aunque legalmente nunca los tocaron.
Cobra relevancia, porque el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ha señalado que el crimen organizado, “estos cárteles tienen una alianza con el gobierno de México”.
Así que, el decálogo surrealista es más atole con el dedo para una feligresía negada a darse cuenta de la podredumbre que se aglutina en Morena.
Apellidos como Yunes y Murat, que aparecieron constantemente en el discurso de López Obrador, se desgarraba las vestiduras porque eran unos corruptos.
Hoy están de su lado. Los presumen. Va a buscarlos el junior Andy López Beltrán violentando leyes al instalar sus módulos de afiliación partidista en las cámaras de Senadores y diputados federales.
¡Pobre México! Menuda desgracia. Los corruptos de siempre, de todos los colores, aglutinados ahora en la mezcolanza llamada Morena, siguiendo a López Obrador, el máximo corrupto.
A continuación, el decálogo. Espero que usted, estimado lector, pueda reír en lugar de llorar.
1. Las y los servidores públicos de Morena se deben al pueblo y deben ser leales a él. Atienden sus reclamos en audiencias públicas semanales.
2. Se cuenta con un Plan de Austeridad Republicana, que incluye erradicar privilegios de las y los funcionarios. Ningún funcionario gana más que la presidenta de México.
3. Somos demócratas. Cuando existe duda, conflicto o alguna decisión difícil, se consulta al pueblo.
4. Se informa de manera periódica y con absoluta transparencia el destino de los recursos públicos.
5. La corrupción no se tolera y se cuenta con mecanismos eficaces para evitarla y castigarla. No hay cabida al nepotismo, amiguismo, influyentismo, sectarismo ni a los aviadores.
6. En los equipos de gobierno hay el mismo número de hombres y mujeres. Se da oportunidad a las juventudes.
7. Los recursos públicos, la inversión pública en infraestructura y programas, siempre están enfocados en las y los que menos tienen.
8. Los servicios públicos se fortalecen y mejoran, no se privatizan. Se respeta la naturaleza. Las reservas naturales por encima de intereses privados.
9. En ningún caso la policía se utiliza para reprimir al pueblo y hay una línea divisoria con el crimen organizado.
10. El poder se ejerce con humildad. No hay espacio para banalidades.
Vaya nivel de cinismo. ¡Y el desvío de recursos en SEGALMEX durante el gobierno de López Obrador, que es el doble de grave que la Estafa Maestra con Enrique Peña Nieto?
¿Y los apellidos Alcalde y López al frente de la dirigencia de Morena, no son nepotismo o influyentismo? ¿Y los otros apellidos como Monreal, Batres o Taddei?
¿Y la corrupción evidenciada en la ejecución de las faraónicas y deficientes obras del sexenio pasado? ¿Y la participación del junior Gonzalo López Beltrán como “supervisor honorario” de las del Tren Interoceánico? ¡Y los sobres amarillos? ¿Y el uso de los servidores de la nación para favorecer a Claudia Sheinbaum como lo denunció Marcelo Ebrard? ¿Y la entrega de tabletas para que se afilien a Morena los profesores que integran el corporativismo electorero?
¿Y la destrucción de la naturaleza para construir su Tren Maya que taló más de 2 millones de árboles? ¿Y el pago de 92 mil pesos mensuales a la maquillista de la presidenta con “a”?
Y en serio, ¿hay una línea divisoria con el crimen organizado?
¡Pobre México! Y lo que falta.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.