Aguacate, talamontes y crimen organizado matan a la Biosfera de la Monarca y sus guardianes
Redacción. Ocampo, Michoacán, a 19 de marzo de 2024.- La codicia aguacatera, las bandas de talamontes y los cárteles de la droga en el estado de Michoacán vinculados a poderosos políticos estatales y locales, están matando a la Biosfera de la Mariposa de Monarca e incluso a sus guardianes, quienes por años defendieron con eficacia a estos bosques de fama internacional.
La biosfera de la Mariposa Monarca es el principal centro ecológico de Michoacán, siendo objeto de estudio científico a nivel internacional, con una fama turística que atrae a miles de personas de todo el mundo cada año.
En febrero de 2020, no más de 72 horas después de haberse descubierto el cadáver del activista Homero Gómez -desaparecido más de 15 días-, fue asesinado Raúl Hernández Romero, guía de turistas y defensor de los bosques de la Monarca.
Las circunstancias de la muerte de Homero Gómez, principal defensor de la monarca en Ocampo, Michoacán, involucraron a políticos cercanos a Silvano Aureoles Cornejo, entonces gobernador perredista y ahora candidato a diputado federal por Zitácuaro, y a Carlos Herrera Tello, candidato perdedor a Gobernador y hoy aspirante a una senaduría por Movimiento Ciudadano.
Estos homicidios marcaron el comienzo de la decadencia de la Biosfera de la Monarca, donde opera una red de talamontes y cultivadores de aguacate, quienes con la violencia y la corrupción han deforestado los bosques.
El equipo de la Agencia de Noticias Noventa Grados, encabezado por el periodista José Maldonado, se internó en Ocampo y constató la deforestación de los cerros.
A simple vista se observa como los cerros han sido talados para sembrar aguacate, sin que alguna autoridad haya intervenido.
Los tocones de los árboles endémicos que han sido derribados, se asoman entre las hileras sembradas de huertas de aguacate.
En los bosques del oriente de Michoacán se han asentado, además de los talamontes que procesan su madera en aserraderos ilegales, bandas del crimen organizado vinculados a los cárteles de Los Correa, La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Allí se resguardan criminales e incluso se han descubierto laboratorios para la fabricación de drogas sintética.
Políticos, autoridades municipales, estatales y federales han visto con despreocupación esta situación, y a pesar de la evidente deforestación, cambio de uso de suelo y presencia del crimen organizado, los intereses económicos prevalecen sobre la extraordinaria naturaleza de Michoacán y sobre la vida de los pobladores.
