Tlalpujahua, más allá de la eterna navidad | FOTOREPORTAJE
Por: Iván Villanueva / MoreliActiva
@ivan_villanueva
El municipio de Tlalpujahua de Rayón es conocido como la ciudad de la eterna navidad debido a que gran parte de sus habitantes se dedican a la fabricación artesanal de esferas y adornos para la temporada decembrina, sin embargo, este lugar es testigo de bellezas naturales, historia, deliciosos panes de pulque.
Otra de las principales atracciones del municipio son las ruinas de la Mina Dos Estrellas que fueron sepultadas, mismas que se derrumbaron en 1937 dejando a la vista la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, escenario perfecto para tomarte algunas fotografías rodeado de naturaleza.
Otro lugar de ensueño es la Casa Taller del maestro artesano Gustavo Bernal quien crea piezas únicas de cerámica, utilizando como lo presume en cada oportunidad, los cuatro elementos del planeta tierra: agua, tierra, aire y fuego. Con elementos surrealistas y envuelto de vegetación, Gustavo Bernal enseña de manera gratuita a toda persona interesada en este arte desde hace más de 30 años.
“Aprendí de grandes maestros, uno de ellos es mi padre que desde pequeño me enseñó las maravillas del arte plástico, después tomé un curso de cerámica y mírame ahora, es mi manera de expresar todos mis sentimientos”, nos cuenta mientras moldea con sus manos.
Además de conocer su historia, su trabajo y su taller podrás adquirir piezas realizadas en esta Casa Taller.
Si en este punto del recorrido el clima frío de la zona o el hambre empieza a aparecer podrás disfrutar de entre otros manjares gastronómicos, del pan de pulque o pan de caja, mismo que podrás disfrutar durante su proceso al pie del horno de barro.
Gerardo Martínez y su esposa Guadalupe Arce se dedican a la elaboración de este pan, aprendiendo empíricamente desde cuatro generaciones atrás, además de también transmitir sus conocimientos a sus hijos para continuar con la tradición.
Otro de los atractivos más interesantes de Tlalpujahua es el avistamiento de luciérnagas, mismo que actualmente se encuentra disponible hasta finales de agosto y posiblemente septiembre -dependiendo de la lluvia-, en sus cuatro santuarios.
Ubicados en campos agrícolas de maíz y un bosque húmedo, al caer la noche podrás ser testigo de esta danza de insectos bioluminiscentes, aunque la cantidad de ellas depende totalmente de clima como cualquier otro fenómeno natural.